5J Por la península de Snæfellsnes, tras el rastro de Julio Verne. Verde infinito y negro.


Impresionados por la grandeza y la belleza de estas tierras.
Los paisajes no caben en las fotos. Ni tampoco caben las sensaciones que se experimentan al verlos y al vivirlos.
¡Que pequeños somos y que planeta teníamos o tenemos todavía!?





Salida de Reykholt hacia la península de Snæfellsnes.
Parada en Borgarnes. Llegamos por un largo puente al puerto. Vistas del pueblo y playa.
Seguimos camino por la carretera 54 rumbo a Snæfellsnes.
A 107 km del hotel encontramos un cruce en el que nos adentramos ya en el parque Nacional de Snæfellsnes.


Península de Snaefellsnes
Kilómetros de praderas verdes llenas de riachuelos y lagunas, salpicadas de alguna que otra granja y rodeadas por una cadena de oscuras montañas, algunas aún cubiertas de nieve, de las que emanan multitud de cascadas.
Verde, negro y blanco!




Tras las montañas se encuentra el glaciar de Snæfellsjökull y en su interior el volcán del mismo nombre en cuyo cráter situó julio Verne la entrada al centro de la tierra, guiado por un texto islandés del siglo XVI.


Snaefellsjökull

Parque nacional de Snaefellsnes


Visita a la cascada de Bjarnarfoss, impresionante. Las vistas son espectaculares.




Recomendamos llegar como mínimo hasta el puentecillo de madera. También existe una mesa en donde poder hacer picnic.

Bjarnarfoss
Continuamos camino y efectuamos varias paradas en las que nos enteramos de un par de leyendas islandesas: la de Axlar-Björn y la de Bárdur Snaefelsás.


The huge statue of Bárður Snæfellsás




La majestuosidad y belleza de estos paisajes nos ha cautivado.



Raudfeldar canyon



Parada en Búdir, campos de lava cubiertos de liquen, musgo y hierba . Cuevas en la lava.






Parada en la iglesia negra de Búdir, al fondo se ve la playa y el mar verde. Precioso.


Iglesia de Búdir


Atravesamos un impresionante valle verde que termina en el mar para visitar los acantilados de basalto entre Arnarstapi y Hellnar.

Arnarstapi


Formación rocosa de Longdrangar y campos de lava. Me recuerda a Lanzarote.


Lóngdrangar rock
   

Comida junto a barco varado en Olafsvik.




Seguimos camino a Grundarfjordur. 

Monte Kirkjufell 



El camino que bordea la península de Snæfellsnæs es una hilera interminable de cascadas por donde desagua el glaciar.
Visitamos una espectacular la de Kirkjufellsfoss.

Kirkjufellsfoss

Pequeñas compras en el Supermercado Samkaup en Grundarfjördur, pueblo pesquero. Tras repostar, seguimos viaje. Mas cascadas, Grundarfoss.


Monte Kirkjufell 


Continuamos por la ruta 54 y el paisaje vuelve a cambiar.
De nuevo paisaje lunar, lava, líquenes y algunas pequeñas plantas de colores. 




Al fondo miles de islas. Bjamarhofrn.

Bjamarhorfrn

Seguimos nuestro camino y el paisaje vuelve a cambiar. antes de llegar a Stykkisholmur.  Montañas negras parcialmente cubiertas de nieve.


Stykkisholmur es un bonito puerto pesquero rodeado por altas montañas nevadas y millares de islas.


Stykkisholmur


Cena en Sjavarpakkhusi, restaurante marinero en una casita negra en el puerto: sopa de pescado y bacalao ahumado y de segundo, Blue Musels. Muy recomendable. 12.580 K

Restaurante Sjavarpakkhusi

Bacalao ahumado

Blue mussels

Regreso a Reykholt por el interior: Vegamot, Borgarnes y al Fosshotel de Reykholt. Una de las ventajas de esta época del año es que no se hace de noche y podemos viajar tranquilos y regresar al hotel justo para dormir.


Campos cubierto de Lupinus

Iglesias y cementerio de Reykholt

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